jueves, 10 de enero de 2013

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Relatos #1 - Dänava, Prólogo

¡Buenas a todo@s! Aquí Un Chico sin Suerte.

"Dänava" es el nombre de una novela de fantasía que comencé a escribir en Noviembre de 2012, pero que abandoné en el capítulo 3 por falta de tiempo (en aquel momento no tenía suficiente tiempo libre) y porque además tenía un "nosequé" que no me convencía. Hoy, os traeré el prólogo de la obra para saber qué os parece. Si la opinión es buena, pondré los capítulos que tengo escritos y, quién sabe, quizá me anime a terminarla. Intentaré animar el texto con alguna imagen que encuentre en internet, si alguien es dueño de esas imágenes y no quiere que las use, ponte en contacto conmigo y las retiraré de inmediato.


Edorash posó su mano derecha sobre su próxima victima, parando solo un instante para saborear los gritos de piedad de su enemigo. Una malvada sonrisa se dibujó en su rostro en el momento en que sus ojos, entrecerrados, emitieron un profundo brillo tan rojo como el más perfecto de los rubíes y la cabeza de su adversario explotó en mil pedazos, cubriéndolo de sangre negra. El cuerpo se desplomó al instante.

Miró a su alrededor. La guerra, el caos y la destrucción se habían apoderado de aquel lugar, aunque no es que fuera un paraiso antes de aquello. Sus habitantes no tenían un cielo azul y brillante como los humanos, sino una negruzca piedra gigante. Los edificios eran seres vivos que se habían transformado en una masa de carne gigante adaptada a las necesidades de quienes vivían en ellos, por lo que sufrían y sangraban como uno más en el lugar donde vivían, el Infierno.

Había fuego por todas partes, corrían ríos de lava allá donde miraras. Uno de esos edificios vivientes, dispuesto como una fortaleza, estaba siendo asaltada por miles de seres que luchaban entre ellos. Estas criaturas se hacían llamar Dänava y eran criaturas humanoides, bastante altas y fuertes, de piel corinta, pelo duro como roca volcánica, unos intimidantes colmillos y unos ojos profundos cuyo brillo de diferentes colores era su rasgo más característico: negros, morados y rojos.

Edorash sacó su espada corta y comenzó a andar tranquilamente hacia la fortaleza que estaba siendo conquistada. A su paso había un reguero de cadáveres mutilados, cabezas cercenadas, brazos y piernas amputadas, cuerpos cortados por la mitad y algunos incluso devorados. <<Esto debe ser obra de Grork...>>, pensó al ver los cadáveres mordisqueados. Siguió adelante, acercándose cada vez más al lugar del asedio.

Esta imagen inspiró a Edorash. Como toda inspiración, luego fue creado diferente
Mientras caminaba, varias criaturas intentaron detenerle en vano. Avanzaba sin problemas entre las filas enemigas, ocupandose de manera rápida y efectiva de sus atacantes, que sufrian la misma suerte que sus compañeros segundos antes. Al llegar a su destino, varios guardias bien armados le salieron al paso. Se detuvo y empezó a contarlos, pero antes de terminar, unos gritos toscos y agresivos le hicieron perder la concentración:

    - ¡No desperdicies tu tiempo con estos putos inútiles! ¡Yo me encargo de ellos, Edorash!
    - Oye Hark, ¿cuántas veces tengo que decirte que no hables de esa forma tan vulgar?

A diferencia de Hark, Edorash hablaba con un tono calmado y educado, y su uso de un lenguaje mucho más refinado eran carcterísticos de un erudito. No usaba palabras malsonantes ni gritaba, y le exasperaba que la gente a su alrededor lo hiciese.

    - ¡Es que no puedo evitarlo! ¡Estoy excitado por esta maldita batalla!
    - Si no es por la batalla, es por el desayuno... Encárgate de ellos rápido, no quiero perder el tiempo, su rey está esperando a ser asesinado por mi hoja.
    - ¡Claro Edorash, cuenta conmigo! ¡No dejaré ni rastro de estos hijos de puta!
    - Por favor... - Edorash se llevó la mano a la cara para masajearse el puente de la nariz entre sus dedos y suspiró pacientemente – No hables de esa manera... Y llámame jefe, te lo he repetido mil veces.

Hark era más alto y, sobre todo, mucho más corpulento que cualquier otro de los allí presentes. Era una mole capaz de arrasar con todo lo que tocara. Cogió del suelo un vitore, al menos dos veces mas grande que él, que acababa de ser lanzado por una balista de asedio.

Sin contestar a su líder, corrió hacia el grupo de guardias que les frenaba el paso y con el primer golpe que asestó, dos de ellos salieron volando y chocaron contra las pareces de su fortaleza, perdiendo la consciencia. Los once restantes se abalanzaron hacia el agresor. En ese momento, los ojos de Hark empezaron a brillar en matices morados. Ninguno de los ataques le alcanzaba, sus armas rebotaban como si una capa de fuerza invisible los repeliera a pocos centimetros de su piel.

    - Miradle los ojos, ¡Estan morados! - gritó uno de los soldados, asustado.
    - No podemos echarnos atrás ahora, tenemos que proteger a nuestro rey y su bebé.
    - ¡Idiota! Se suponía que eso era un secreto.

Hark ignoró lo que decían y continuó con su carnicería. Levantó el enorme virote por encima de su cabeza y lo dejo caer a toda velocidad en vertical hacia su objetivo, que apenas tuvo tiempo de ver el ataque. El golpe fue tan potente que le hundio la cabeza, y le rompio la columna, dejando su cuerpo deformado y medio aplastado en el suelo. Ya sólo quedaban diez. Ensartó al siguiente por el estómago con la punta del virote, y lo lanzo hacia sus compañeros, como si fuese una pelota, arrollando a dos más por el camino. Los siete restantes pararon para mirar boquiabiertos la trayectoria de sus compañeros y por unos segundos no pudieron apartar sus negras miradas de los cuerpos que yacian debajo del hombre ensartado, aplastados debido a la fuerza del lanzamiento.

    - ¡Mirad aquí, malditos necios! - gruñó Hark mientras se acercaba - ¡No me ignoréis!

Enfurecido, pateó a otro guardia a la altura del cuello, partiéndoselo y matándolo al instante. Cogió la lanza que usaba su victima más reciente y, con un fuerte lanzamiento, se la clavó en el corazón a uno más de los impotentes defensores, atravesandole de lado a lado. Sólo quedaban cinco. Éstos, asustados, empezaron a retroceder lentamente, pero pronto chocaron contra la puerta de entrada al patio interior de la fortaleza. Era una puerta metálica, adornada con extraños e intrincados símbolos y coronada con motivos de afiladas puntas de lanza.

Hark: bruto, explícito y directo al grano. Imagen que lo inspiró en parte

Hark sonrió al ver que no tenían a donde huir y, sin dejarlos escapar, fue levantandolos uno por uno para clavarlos en la parte superior de la puerta, pensando que quedarian muy bien como trofeo, al mismo tiempo que servirian de advertencia para todo aquel que pensara si quiera en acercarse.
Sólo uno de ellos consiguió salir corriendo de la crueldad sin límite de Hark, gracias a que estaba entretenido redecorando la puerta, pero se encontró directamente con Edorash. Éste chasqueó varias veces la lengua mientras negaba con la cabeza. Se acercó a él e hizo explotar la cabeza del guardia con sólo poner su mano sobre ella.

    - Estás perdiendo facultades, se te ha escapado uno. Vuelve a cometer un error como ese y esparciré tus sesos por la cocina de Grork.
    - ¡No jefe! ¡Todo menos eso!

En ese momento, como de la nada apareció un pequeño Dänava corriendo a cuatro patas rápida y ágilmente. Sus dientes se veían más grandes que los del resto, sobre todo en comparación con el tamaño del que los portaba. En pie no le llegaba a Edorash más allá de la cintura, y jamás quiso medirse con Hark. Tenía los ojos especialmente saltones, nerviosos, con un constante destello morado y malicioso, como si no dejara de escudriñarlo absolutamente todo, sin descanso.

    - ¿Qué has dicho de mí, jefe? ¿Pu-puedo comerme a Hark? ¿De verdad? ¿En serio? ¿Puedo? ¿Sí? - su voz era estridente, taladraba el cerebro de cualquiera en menos de cinco minutos.
    - ¡No me jodas así, jodido enano! ¡Eres jodidamente insoportable!
    - Jajaja, ¿sólo sabes decir eso? ¿No sabes de-decir más? ¿Hark? ¿Entonces puedo co-comerte por tu ignorancia? ¿Hark? ¿Puedo? ¿Hark?
    - Silencio. Los dos. Ahora - ambos dejaron de discutir al instante y volvieron su mirada hacía Edorash –. No se por qué os elegí a vosotros como mis lugartenientes, sois burdos y exaltados.

Hark y Grork bajaron la vista. Ambos se sentían arrepentidos porque su compartamiento siempre hacia enfadar a su jefe, pero no podían evitar ser así, no tenían remedio. Edorash siguió hablando.

    - ¿Has encontrado algún poder que merezca la pena, Grork?
    - No, jefe. No. Nada. Cero. He co-comido a muchos, pero ninguno valía la pena, todos eran ojos ne-negros.
    - Esta bien, pronto podrás engullir al rey y absorber su poder. Ya conoces el trato, quiero el poder que te dije, y a cambio puedes quedarte con los demás.
    - Claro, jefe, sin pro-problema. No pasa nada. Lo tendrás. Te-te lo prometo.

Este pequeñín inspiró a Grork en apariencia. La personalidad dista mucho, la verdad

Una mirada inquisitiva de Edorash consiguió que se callara. Los tres entraron en la fortaleza. No había nadie para proteger el castillo por dentro ya que el combate fuera requeria de todas las fuerzas de las que disponian. Cruzaron un gran recibidor flanqueado por infinidad de puertas, cada una de las cuales llevaba a una sala diferente: La cocina, el salón, el taller, la biblioteca... Todo excepto las habitaciones privadas estaba en esa planta. Un poco desviado del centro había una escalera que llevaba al segundo piso, pero eso no les importaba ahora a los Dänava. Ellos se dirigían al fondo del recibidor, donde una gran puerta ribeteada con grabados de un rojo intenso guardaba el salón del trono tras de sí.

    - Al parecer los reyes tienen un bebé ¿Sabéis lo que eso significa?
    - ¡No tengo ni puta idea! ¡Supongo que nos cargamos a esa rata también!
    - ¿Me la puedo comer? ¿Tendrá poderes?
    - Veo que lo habéis captado. No quiero conformarme con el poder del rey del infierno... ¡Quiero su trono! Y para ello, esta fortaleza debe aceptarme. Si no matamos a ese bebé, la fortaleza no aceptará otro amo que no comparta la sangre del linaje actual. Tenemos que acabar con toda la familia real, así que haced lo que os plazca para conseguirlo, pero no falléis.

Dicho eso, Edorash abrió la puerta y saludó a todos dibujando una agradable sonrisa en su rostro. En menos de dos segundos los dos mejores hombres del rey se abalanzaron sobre él. Hark y Grork los frenaron e iniciaron una batalla que termino en un instante, con ambos guardias desplomados sin vida a los flancos de la puerta.

    - ¡Vaya! ¿Y ahora qué más va a hacer, majestad? ¿No puede defender su reino? Qué lástima, parece que el veneno que preparamos está haciendo bien su trabajo.

El rey apenas podía levantarse de su trono. Sin embargo, solo era necesario un vistazo para apreciar su poder. Incluso debilitado su porte era formidable, su aura desprendia un poder capaz de hacer retroceder a una legion y sus ojos centelleaban más fuerte que los de ningún otro. Eran intensamente rojos como los de Edorash, el color de los Dänava más fuertes. Pero había algo en el interior del rey que no le permitía invocar su poder, por más que lo intentara.

    - Grork, cómetelo y absorbe hasta la última gota de fuerza que puedas.

De repente, el llanto de un bebé hizo que todos se detuviesen. Dirigieron su mirada al lugar de donde provenian los sollozos y se acercaron lentamente. La pequeña criatura abrió los ojos y una luz cegadora inundó la habitación. Todos sintieron como una fuerza desconocida les recorria las entrañas, naciendo en lo más profundo de su ser y recorriendo todo su cuerpo hasta los poros de su piel. Se escucharon tres estallidos y un fortísimo grito. El bebé cerró los ojos y se durmió.

Cuando recuperaron la visión, observaron que los dos guardias muertos habían explotado completamente. No quedaba nada de ellos, salvo una oscura mancha de sangre que impregnaba toda la sala. El tercer estallido provino del brazo izquierdo del rey. Sangraba muchísimo, pero no era momento de preocuparse de eso, su hora estaba cerca. Se esforzó para ponerse en pie una última vez, si iba a morir, se negaba a hacerlo sentado y sin presentar, al menos, un intento de batalla.

    - No me extraña que matara a mi mujer en el parto...
    - Cuánto poder... - Edorash miraba hacia ese pequeño bulto con incredulidad – Grork, cambio de planes, cómete al bebé.
    - No si yo puedo evitarlo – el rey comenzó a levantar el brazo derecho –. Usaré mi último aliento para poner a salvo mi descendencia. ¡El Infierno jamás será tuyo, Edorash!

Añadí la descripción del arma al ver esta imagen y pensar "Oh, mi rey"
Al rey comenzaron a brillarle los ojos y una barrera apareció protegiendo la cuna mientras, a su alrededor, se formaba un remolino de fuego. Las llamas eran tan densas que no permitían ver lo que pasaba en el interior. Al mismo tiempo, una estrecha columna de fuego apareció justo en su mano y se condensó rápidamente, tomando forma de un amenazante tridente.

    - ¡Matadlo! - Edorash dió la orden a la vez que él mismo corría hacia el rey.

Casi a la par, la pierna del rey fue fracturada por el virote de Hark y su garganta atravesada por la espada de Edorash. Éste sacó su espada del cuello y dejó caer a su moribunda presa. Grork se acercó lentamente, relamiéndose, dispuesto a disfrutar de un plato de una calidad real.

Cuando las llamas que había alrededor de la cuna se desvanecieron, no había ningún bebé. Había sido teleportado a algún otro lugar y nadie, a excepción del difunto rey, sabía donde se encontraba en estos momentos.

De esta guerra civil en el Infierno hace ya 21 años, y todavía nadie conoce el paradero de la descendencia de la familia real.



Espero que os haya gustado.
¡¡Un saludo!!
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2 comentarios:

Gileblit dijo...

Me gustan los personajes, y la historia promete, pero creo que una revisión a fondo no le vendría mal tampoco. ;)

Un chico sin suerte dijo...

@Gilebit: Coincido en que le hacen falta revisiones, pero ten en cuenta que ha sido lo primero que escribí, La Chica con Suerte le retocó un poco el estilo y así lo dejé.

Es un proyecto que comencé, pero que al llegar al tercer capítulo... No me convencía. Seguiré colgandolo hasta donde hay escrito, por no dejar que caiga en saco roto los buenos ratos que pasé escribiendo ^^

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